El estrecho vínculo entre el alcohol y la depresión

El abuso de alcohol y la depresión están estrechamente relacionados. Muchas personas que sufren de depresión, a menudo recurren al alcohol como una forma de automedicarse, para ayudar a aliviar temporalmente algunos de los síntomas de la depresión. Dado que el alivio es temporal, hará que se busque consumir con mayor frecuencia, pudiendo crearse una dependencia y adicción al alcohol.

Se estima que aproximadamente un tercio de las persona que sufren de depresión abusan del consumo de alcohol. No está claro qué viene primero: la depresión o el abuso de alcohol. Sin embargo, es más probable que el abuso de alcohol cause depresión que al revés, aunque la causalidad podría ir en cualquier dirección.

A largo plazo, el uso de alcohol empeora la depresión. Los estudios han demostrado que el consumo de alcohol aumenta tanto la duración como la gravedad de los episodios depresivos. También aumenta la probabilidad, la frecuencia y la gravedad de los pensamientos suicidas. Además, de que el alcohol hace que los antidepresivos sean menos efectivos.

Por otro lado, el abuso prolongado del alcohol produce modificaciones en el cerebro y provoca desequilibrios en la química cerebral, lo que puede desencadenar una depresión.

Reducir el consumo de alcohol puede ayudar a reducir los síntomas de depresión y eliminar el alcohol por completo puede ser un cambio importante en el estilo de vida necesario para quienes sufren de depresión. Es por esto, que siempre es recomendado evitar el consumo de alcohol u otro tipo de sustancias en personas que padecen depresión.